Aquí me encuentro varios días después de haber corrido mi primera maratón de montaña, escribiendo estas líneas, con una sonrisa de alegría por haber logrado acabarla, sufriendo en muchos tramos de la carrera, más psicológica que físicamente, satisfecho por haber podido superar otra barrera personal, contento por ver que como dice el dicho popular " si quieres, puedes" y que tantos meses de entrenamiento han merecido la pena.
Feliz de haber podido disputar la carrera con amigos como Alvaro y David, pero especialmente con Ramón, con el que tuve la suerte de sufrir y disfrutar de los 42 kilómetros de la carrera, ayudándonos en los momentos difíciles del recorrido, que os puedo asegurar que no fueron pocos y que son motivos por los que uno siempre recordará este tipo de retos no como una mera carrera más que añadir a tu currículum personal, sino como un reto de compañerismo, no buscando quedar más o menos puestos uno del otro, o hacer más o menos tiempo, sino teniendo como único objetivo acabar con la misma cara de alegría que tenía 6 horas antes al tomar la salida.
Con Ramón antes de tomar la salida |
Tras recoger a Ramón sobre las 5:30 horas en Alicante, nos dirigimos hacia La Almudema (Murcia), recorrido que se nos hizo muy llevadero, gracias a la amena conversación que tuvimos sobre carreras y todo tipo de experiencias que habíamos vivido en muchas de ellas.
A eso de las 7 llegamos al lugar de la carrera, y el primer bofetón no lo llevamos de lleno nada más bajar del coche, al encontrarnos una temperatura que nos dejó de piedra, ¡¡ vaya rasca que hacía!!, menos mal que llevábamos unos cortavientos para contrarrestar un poco el frío con el que nos recibió La Almudema.
Pronto cogimos calorcito con una chocolatada con la que la organización nos obsequió en el centro social del pueblo a los corredores.
Las primeras dudas empezaron a la hora de elegir los "neumáticos" con los que afrontar la carrera, en un principio tenía pensado usar las Lafuma, pero Ramón y varios corredores expertos en esta carrera, nos aconsejaron algo más ligero y decidí correr con las Garmon.
A las 9:30 horas, tras juntarnos con Álvaro y David minutos antes en la salida, dio comienzo la carrera. 85 valientes enfilamos los primeros metros de lo que sería una larga mañana.
Fragmentaría la carrera en tres partes:
1.- Los primeros 21 kilómetros de carrera, de constante sube y baja, alternando todo tipo de terrenos, pista bastante limpia, sendas muy bonitas entre pinadas y alguna bajada técnica, atravesando algún que otro campo de cultivo, destacando en el kilómetro 15, una bajada especialmente dura, en la que estábamos en una posición tan vertical, que hubo momentos en los que incluso tocábamos con la espalda el suelo por el que pisábamos, una pasada.
Hasta este momento llevábamos un ritmo muy bueno, parabamos en todos los avituallamientos cerca de un minuto, muy bien provisto de agua fresca, bebida energética, barritas y geles, con la única pega que para ser una carrera tan dura, creo que deberían haber puesto algún avituallamiento más.
2.- Del kilómetro 21 al 26 más o menos, donde tras una bajada prolongada tras superar la media maratón empezamos a enfilar las primeras rampas de lo que sería la subida al Alto de las Cabras, con una primera ascensión al Alto del Infierno sobre los 700m. un recorrido por pista bastante amplia, donde las piernas y sobre todo el coco, empezó a pasarme factura, y que por si fuera poco, un kilómetro mas o menos después empezamos a subir el punto fuerte de la carrera, haciendo cumbre a 1.200m en el Alto de las Cabras.
A partir de aquí lo que me mató fue el rato que estuvimos corriendo por la cumbre, ya que el suelo era de piedras punzantes como cuchillos que hacía incomodisíma la carrera y donde los tobillos echaron de menos las Lafuma, unas zapatillas más acorde para ese tipo de terreno, que junto con una bajada larguísima de más de un kilómetro y muy técnica, hicieron que medio en broma medio en serio me planteara incluso el abandonar la carrera... menos más que Ramón que esta curtido en mil batallas, me ayudó a pasar esos malos momentos, animándome en todo momento a superar ese bajón tan grande que me dió. Unos largos 2 o 3 minutos en el avituallamiento que nos esperaba en la bajada me ayudaron a recuperar y a afrontar la siguiente subida que nos esperaba de otra forma.
3.- A partir del kilómetro 28 más o menos cuando empezamos a subir el Alto Collado de los Bolos, una ascensión que me recordaba a una escalera interminable, ya que era una subida "cómoda" comparada con la subida a las Cabras y donde sin poder explicarmelo, me encontré ligero de piernas y con una fuerza que no me esperaba tener a esas alturas de carrera, que me hicieron subir como un tiro, recuperándome animicamente de una manera sorprendente.
A partir de aquí fue cuando Ramón empezó a caer físicamente, sufriendo rampas y tirones constantemente, en cada subida, con lo que decidí, logicamente, esperarlo para devolverle los ánimos que tanto me habían ayudado no muchos kilómetros antes, para poder finalizar la carrera como la empezamos, juntos.
Desde la bajada de los Bolos hasta el final, volveriamos a deshacer los diez kilómetros iniciales, teniendo que subir por donde horas antes habíamos bajado, lo que se hizo muy pesado, desde el kilómetro 30 hasta el 38 más o menos donde nos esperaba la mítica subida al Alto Derramadores, donde las banderas de todas las comunidades autónomas nos indicaban que el final del camino estaba cerca.
Los últimos 4 kilómetros fueron ya de bajada hacia la Almudema, donde ya nos mezclamos con ciclistas y andarines, haciendo más amena la llegada a meta.
A unos 500m. de llegar vimos a lo lejos a David, lo que nos animó a pegar el último spring, sacando fuerzas de donde no las había, alcanzándole, y apretando los dientes los últimos metros, ya que Ramón observó que tres corredores que nos precedían, nos señalaban con el objetivo de intentar adelantarnos antes de entrar a meta y eso después de 42 kilómetros no lo podíamos consentir,jejeje... con lo que no aflojamos el ritmo hasta conseguir entrar triunfalmente Ramón, David y un servidor cogidos de la mano en señal de victoria....de una gran victoria...
Muchas emociones las vividas en la carrera, de sufrimiento, de ganas de abandonar, de dolor, de compañerismo, de superación personal.... todas y cada una de ellas, merecen la pena vivirlas, solo por sentir lo que se siente cuando se cruza el arco de meta...y dices " si joderrr, lo has conseguido".
..... Y después de esto pues un buen bocata para recuperar energías acompañadas de un buen refrigerio y a pensar en el siguiente objetivo, totalmente diferente a este, pero seguramente igual de emocionante, mi primera Maratón de asfalto en Valencia, nuevamente con mi amigo Ramón (siempre recordaré esta gran mañana de montaña que hemos vivido, mil gracias) y espero que por fin con mi amigo Nacho, que tanto esta sufriendo con las lesiones en este inicio de temporada y que le ha impedido acompañarnos en las carreras en las que hemos participado, y en las que tanto nos hemos acordado de él.
P.D.: mi enhorabuena a todos los valientes que a las mismas horas a la que estábamos corriendo en Almudayna, disputaban ni más ni menos que la Botamargues ( el año que viene nos vemos), en especial un saludo grande para Pez y para Matinadors... lo dicho mi más sincera enhorabuena.
UN SALUDO.
Las primeras dudas empezaron a la hora de elegir los "neumáticos" con los que afrontar la carrera, en un principio tenía pensado usar las Lafuma, pero Ramón y varios corredores expertos en esta carrera, nos aconsejaron algo más ligero y decidí correr con las Garmon.
A las 9:30 horas, tras juntarnos con Álvaro y David minutos antes en la salida, dio comienzo la carrera. 85 valientes enfilamos los primeros metros de lo que sería una larga mañana.
Álvaro como un toro |
David delante nuestro |
Ramón empezando a subir el barranco de los Canteros |
A pocos metros de Ramón subiendo el barranco de los Canteros |
Fragmentaría la carrera en tres partes:
1.- Los primeros 21 kilómetros de carrera, de constante sube y baja, alternando todo tipo de terrenos, pista bastante limpia, sendas muy bonitas entre pinadas y alguna bajada técnica, atravesando algún que otro campo de cultivo, destacando en el kilómetro 15, una bajada especialmente dura, en la que estábamos en una posición tan vertical, que hubo momentos en los que incluso tocábamos con la espalda el suelo por el que pisábamos, una pasada.
Hasta este momento llevábamos un ritmo muy bueno, parabamos en todos los avituallamientos cerca de un minuto, muy bien provisto de agua fresca, bebida energética, barritas y geles, con la única pega que para ser una carrera tan dura, creo que deberían haber puesto algún avituallamiento más.
2.- Del kilómetro 21 al 26 más o menos, donde tras una bajada prolongada tras superar la media maratón empezamos a enfilar las primeras rampas de lo que sería la subida al Alto de las Cabras, con una primera ascensión al Alto del Infierno sobre los 700m. un recorrido por pista bastante amplia, donde las piernas y sobre todo el coco, empezó a pasarme factura, y que por si fuera poco, un kilómetro mas o menos después empezamos a subir el punto fuerte de la carrera, haciendo cumbre a 1.200m en el Alto de las Cabras.
A partir de aquí lo que me mató fue el rato que estuvimos corriendo por la cumbre, ya que el suelo era de piedras punzantes como cuchillos que hacía incomodisíma la carrera y donde los tobillos echaron de menos las Lafuma, unas zapatillas más acorde para ese tipo de terreno, que junto con una bajada larguísima de más de un kilómetro y muy técnica, hicieron que medio en broma medio en serio me planteara incluso el abandonar la carrera... menos más que Ramón que esta curtido en mil batallas, me ayudó a pasar esos malos momentos, animándome en todo momento a superar ese bajón tan grande que me dió. Unos largos 2 o 3 minutos en el avituallamiento que nos esperaba en la bajada me ayudaron a recuperar y a afrontar la siguiente subida que nos esperaba de otra forma.
3.- A partir del kilómetro 28 más o menos cuando empezamos a subir el Alto Collado de los Bolos, una ascensión que me recordaba a una escalera interminable, ya que era una subida "cómoda" comparada con la subida a las Cabras y donde sin poder explicarmelo, me encontré ligero de piernas y con una fuerza que no me esperaba tener a esas alturas de carrera, que me hicieron subir como un tiro, recuperándome animicamente de una manera sorprendente.
A partir de aquí fue cuando Ramón empezó a caer físicamente, sufriendo rampas y tirones constantemente, en cada subida, con lo que decidí, logicamente, esperarlo para devolverle los ánimos que tanto me habían ayudado no muchos kilómetros antes, para poder finalizar la carrera como la empezamos, juntos.
Desde la bajada de los Bolos hasta el final, volveriamos a deshacer los diez kilómetros iniciales, teniendo que subir por donde horas antes habíamos bajado, lo que se hizo muy pesado, desde el kilómetro 30 hasta el 38 más o menos donde nos esperaba la mítica subida al Alto Derramadores, donde las banderas de todas las comunidades autónomas nos indicaban que el final del camino estaba cerca.
Alto Derramadores |
Subiendo el Alto Derramadores |
Ramón a pocos metros del Alto Derramadores |
Los últimos 4 kilómetros fueron ya de bajada hacia la Almudema, donde ya nos mezclamos con ciclistas y andarines, haciendo más amena la llegada a meta.
A unos 500m. de llegar vimos a lo lejos a David, lo que nos animó a pegar el último spring, sacando fuerzas de donde no las había, alcanzándole, y apretando los dientes los últimos metros, ya que Ramón observó que tres corredores que nos precedían, nos señalaban con el objetivo de intentar adelantarnos antes de entrar a meta y eso después de 42 kilómetros no lo podíamos consentir,jejeje... con lo que no aflojamos el ritmo hasta conseguir entrar triunfalmente Ramón, David y un servidor cogidos de la mano en señal de victoria....de una gran victoria...
Momento más feliz : la meta |
Muchas emociones las vividas en la carrera, de sufrimiento, de ganas de abandonar, de dolor, de compañerismo, de superación personal.... todas y cada una de ellas, merecen la pena vivirlas, solo por sentir lo que se siente cuando se cruza el arco de meta...y dices " si joderrr, lo has conseguido".
..... Y después de esto pues un buen bocata para recuperar energías acompañadas de un buen refrigerio y a pensar en el siguiente objetivo, totalmente diferente a este, pero seguramente igual de emocionante, mi primera Maratón de asfalto en Valencia, nuevamente con mi amigo Ramón (siempre recordaré esta gran mañana de montaña que hemos vivido, mil gracias) y espero que por fin con mi amigo Nacho, que tanto esta sufriendo con las lesiones en este inicio de temporada y que le ha impedido acompañarnos en las carreras en las que hemos participado, y en las que tanto nos hemos acordado de él.
P.D.: mi enhorabuena a todos los valientes que a las mismas horas a la que estábamos corriendo en Almudayna, disputaban ni más ni menos que la Botamargues ( el año que viene nos vemos), en especial un saludo grande para Pez y para Matinadors... lo dicho mi más sincera enhorabuena.
UN SALUDO.
Que grande macho, voy a por unas palomitas y me la voy a leer bien en cuanto acueste a los bichos. Un honor poder compartir carrera contigo, eres grande
ResponderEliminarMuchas gracias y mi mas sincera enhorabuena.
ResponderEliminarYa estás 42 kilómetros mas cerca del siguiente objetivo...
¿Para que esperar a Botamarges 2012????
Mira esto:
www.carrerasierradechiva.es
Un abrazo y a ver si concretamos una quedada.
ENHORABUENA!!!
Enhorabuena máquina.
ResponderEliminarFenomenal carrera y bonita crónica. Objetivo cumplido y ahora a por otra de montaña ¿Botamarges 2012?
Seguro que antes, realizaremos algún entreno "rabosero", como diría Ramón.
Gracias por acordarte de nosotros. Nuestros pensamientos en carrera fueron los mismos.
Lo dicho, enhorabuena.
gracias Pez..pero no creo que llegue a tiempo, ahora solo voy a darle al asfalto hasta que haga la maratón de valencia...pero nunca se sabe...ultimamente no rijo muy bien y soy capaz de cualquier cosa,jejeje...un saludo.
ResponderEliminarmuchas gracias matinadors, espero que podamos quedar antes de terminar el año para hacer alguna salida, de momento hasta que haga la maraton de Valencia no tocaré la montaña. un saludo.